La posible identidad de la bestia de Gévaudan (parte 3):
b) Especies exóticas: en el siglo XVIII en Europa, ya vivían en cautividad numerosas especies exóticas procedentes de todo el mundo. Leones, leopardos, tigres, hienas, pumas... cualquiera de estos animales escapado de su cautiverio, podría adaptarse a vivir en libertad en una zona boscosa con recursos suficientes para proporcionarles alimento y cobijo. Algunas de las descripciones del animal dicen que tenía un gran tamaño, pelaje de color rojizo, con una cresta de pelo en el dorso y varias franjas verticales más oscuras en la parte posterior del cuerpo. Esta descripción podría adecuarse a primera vista a una hiena rayada, y de hecho varios autores contemporáneos y posteriores a los sucesos apuntaron a este animal como probable causante de los ataques, aunque si bien este animal puede tener un comportamiento agresivo en ocasiones, no es plausible que ataque, mate y devore a decenas de personas. Otro tanto podría decirse del tilacino o lobo marsupial de Tasmania, con el cual se ajustan varias de las descripciones: hocico alargado, grandes fauces, capacidad de dar grandes saltos y cuartos traseros atigrados. Este animal (presuntamente extinto a mediados del siglo XX) ya era conocido a finales del siglo XVIII por los colonos de Australia y Tasmania (y por los aborígenes desde mucho antes), aunque la posibilidad de que hubiera en Europa algún ejemplar en 1764 traído por algún barco desde las antípodas, se antoja muy remota. Tampoco el tamaño y su supuesta ferocidad se ajustan a esta especie. Existen ejemplares de tigres cuyas típicas rayas verticales están casi limitadas a sus cuartos traseros y desde luego un tigre es perfectamente capaz de llevar a cabo la mayoría de actos supuestamente cometidos por la bestia del Gévaudan. Tendríamos por tanto, en un tigre escapado de cautividad como posible (aunque muy poco probable) candidato a ser nuestra misteriosa bestia.
lunes, 13 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario