Desde tiempos inmemoriales los marineros han relatado historias de criaturas gigantes serpentiformes surcando las superficies marinas, bautizándolas con distintos nombres. A estas criaturas se les clasifica como serpientes marinas, cuando en realidad son de morfología muy variada (aunque siempre manteniendo cierta forma alargada, serpentiforme), y, como veremos a continuación, las probabilidades de que en realidad sean serpientes son muy pequeñas.
En realidad a este grupo de críptidos pertenecen todas las criaturas marinas de las que hay testimonios, y que no encajan en ninguna otra clasificación; la cantidad de variables de serpiente marina es abrumadora y desconcertante. Desde criaturas plesiosaurio morfas hasta seres dragónicos con toques de mamífero y serpientes propiamente dichas.
Se narra en la Biblia la existencia del Leviatán, un gigantesco monstruo marino normalmente representado como una serpiente, y se han encontrado serpientes marinas representadas en herramientas de la Edad de Bronce, lo que da una idea de la evidente antigüedad de este mito. Recién en el siglo XVIII se elabora la primera descripción científica de la serpiente marina, por Erik Ludvigsen Pontoppidan (1698-1764), que en 1752-53 publicó su “Historia Natural de Noruega”.
domingo, 12 de julio de 2009
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