lunes, 13 de julio de 2009

Críptidos famosos VII.e: La bestia de Gévaudan

* La posible identidad de la bestia de Gévaudan (parte 2):

Dejando de un lado posibles animales fantásticos y hombres-lobo, los candidatos más probables serían los siguientes:

a) Lobos: En 1764 en esa zona abundaban los lobos. Los lobos eran muy temidos, principalmente por toda la mitología asociada a ellos y por los ataques que realizaban al ganado doméstico. De hecho, fueron cazados muchos ejemplares durante las numerosas batidas que se realizaron para tratar de acabar con la bestia. Uno de ellos, de un tamaño enorme, fue abatido por un habitante de la zona y tras ello parece ser que los ataques (o las informaciones sobre ellos) disminuyeron durante un breve período. Como las muertes continuaban y era un hecho difícil de silenciar, las partidas de caza volvieron a los bosques del Gévaudan, acabando con la vida de otro gran ejemplar de lobo que se dijo podría ser la pareja del anterior (las fuentes hablan de unas dimensiones de 1,8 m. desde la base de la cola hasta la punta del hocico y 65 kg de peso). Para añadirle más intriga a la historia, el esqueleto del animal abatido se conservó en un museo de París hasta 1830 cuando fue destruido por un incendio. Es muy improbable que un lobo solitario fuese capaz de realizar todos los ataques ya que no concuerda en absoluto con el comportamiento de la especie. Un grupo de lobos actuando coordinadamente sí serían capaces de realizar estos ataques, pero los testimonios siempre coinciden en que se trataba de un único animal. Además, los humanos sólo en muy raras ocasiones han sido víctimas de los lobos. Sí se conocen casos bien documentados de otros animales causantes de decenas de muertes de personas en otros continentes, en los cuales ejemplares aislados de animales como leones, tigres o leopardos se acostumbraron a cazar y devorar hombres ya que les resultaban presas muy fáciles de capturar. Se habla también de una supuesta subespecie de lobo extinta en el siglo XIX, de mayor tamaño y ferocidad que las actuales, como posible candidato. Este dato habría que tomarlo en principio como poco fiable, aunque es cierto que en muchas especies de animales por diversos motivos surgen muy de vez en cuando individuos de mayor tamaño que la media habitual (así como también surgen otros de menor tamaño de lo habitual). En cualquier caso nunca estaríamos hablando de un animal del tamaño de una res y 500 kg de peso, como aseguraban algunas de las descripciones de la época.

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